Relatos. A la memoria de Manuel Parga Muñoz. I
Recordando al Maestro Manuel Parga Muñoz.
Por el M.A.E. Luís
Un mañana fría del mes de marzo de 1999, me encontraba viajando de la Ciudad de Chihuahua a Parral Hidalgo con la misión de averiguar un poco más sobre el Proyecto de Nueva Vizcaya, que meses antes había causado revuelo en una reunión de
Por esta causa me había desplazado días antes a la capital de Chihuahua, atendiendo a la amable invitación que hiciera
A través de la ventanilla del autobús podía observar la gran sequedad del desierto y los dispersos arbustos que distinguen aquella región. Podría fácilmente adivinar las penurias que afrontarían sus pobladores en una región desértica y de clima extremo.
No pude evitar imaginar lo duró que habrá sido sobrevivir en la época revolucionaria. ¿Cómo habría de verse aquel escenario, con el desplazamiento de
Acomodado en mi asiento y ensimismado, vi desfilar en el trayecto la árida geografía de Chihuahua a Parral en un viaje de casi 4 horas.
Al llegar a Parral, mi primera impresión de la ciudad me hizo recordar el Pachuca que de niño conocí: Una ciudad rodeada de cerros, con malacates que recordaban el auge minero de otra época, su tortuoso rió de las avenidas que atraviesa la pequeña ciudad con apenas un hilillo de agua. Puentes de antigua hechura y abolengo. Casas antiguas de bóveda catalana con ventanales verticales y balcones de herrería empotrados. Calles empedradas con jardineras para árboles de roble y laurel. El tiempo detuvo su paso en este lugar hacia fines del siglo XIX.
Me trasladé de acuerdo a las indicaciones del croquis, al domicilio del Centro de Investigación del Desarrollo Económico y Tecnológico CIDEYT, que era un viejo solar construido con gruesas paredes de piedra volcánica y puertas con marcos de cantera. Perdido en la extensa historia de la barda, resaltaba un pequeño nopalillo.
Después de llamar a la puerta y a la espera de que alguien abriera, no dejaba de sorprenderme aquella casa que remontaba su construcción fácilmente a la época porfiriana. Acostumbrado a ver escuelas secundarias y preparatorias en mi ciudad, esperaba con toda honestidad, encontrar una construcción funcional al estilo del CAPCE.
Más adelante me enteré que esa casa había sido en un tiempo una funeraria. En ese momento la rentaba provisionalmente el CIDEYT. Entendí entonces el porque de su sobriedad y rusticidad.
El deslizamiento del un cerrojo con aldaba se escuchó ruidosamente interrumpiendo mis observaciones, acto seguido asomó por en medio del zaguán, la cabeza del licenciado Manuel Parga, que de forma desconfiada, miro hacia todos lados para verificar si me acompañaba alguien más. De inmediato intervine:
- Buenas tardes, — Saludé con cortesía— busco al Licenciado Manuel Parga.
- Usted debe de ser la persona que viene de Hidalgo ¿verdad?
- Si señor, permítame presentarme: Me llamo Luis Eduardo y efectivamente vengo de Universidad Autónoma de Estado de Hidalgo.
- Es un gusto…—Extendió su mano para saludarme con cierta reticencia y agregó — Manuel Parga a sus órdenes. Pero… por favor pásele…
Cruzamos el amplio patio donde podían verse junto a las paredes del fondo, algunas macetas de lámina galvanizada con plantitas de ornato y que tenían la misión de “darle vida”, según dirían, los dueños del viejo inmueble.
Ya en el interior y a salvo de los inclementes rayos del sol, el licenciado Manuel Parga me ofreció con mucha cordialidad agua suficiente para mitigar
- Me apena interrumpir sus actividades en día sábado licenciado…le agradezco mucho el que me haya recibido…
- No, para nada… ayer recibí un mensaje de Chihuahua que estaría alguien de Hidalgo… y con mucho gusto estoy para atenderlo… además, regularmente llego a darme una vuelta por aquí el fin de semana…
El licenciado Parga — supuse— tendría unos cuarenta y cinco años de edad y media como 1.80 o tal vez más de estatura. De complexión delgada, piel blanca, cabello negro entrecano, quebrado y largo a la altura de los hombros hacia remembrar la moda de los 70´s con un estilo de vestir muy casual; apostaría que tendría gusto por la música de los Beatles y su identificación filosófica con el bombo, quena y charango latinoamericano.
Vestía pantalón azul marino, camisa a cuadros y saco de pana color café, el mismo color de sus mocasines. Sin embargo, su mirada seria, estaba enmarcada por unos lentes del tipo intelectual que eran congruentes con el conocimiento y dominio en temas de economía, relaciones internacionales, productividad e innovación.
Le expuse el motivo de mi visita a Parral:
- Licenciado, el propósito de venir a verlo, es para conocer el proyecto de Nueva Vizcaya…
- Ya… entiendo… con todo gusto le daré información del proyecto... Pero por favor si no tienes inconveniente, hablémonos de tu…
Petición que desde luego acepté. Haciendo una breve pasusa continuó:
- En realidad considero para mí, una oportunidad, corresponder con “algo” a
- ¿Has estado en Pachuca licenciado? —cuestione intrigado—
- Desde luego y muchas veces… ¡Allá viven mis primas de apellido Parga!. Cuando estudiaba la secundaria solía pasar mis vacaciones de verano en casa de mis tíos. ¡Era muy divertido en aquellos días, andar en bicicleta en las tranquilas calles de Pachuca!… pero, bueno, eso es otra historia…
Repuesto de aquellos fugaces recuerdos, se acerco a su escritorio para tomar un mapa del estado de Chihuahua y mostrarme con un lápiz la referencia geográfica:
- Empezaré por el principio. Hace ya algunos años, que se dio a conocer el nuevo Plan de Desarrollo del Estado de Chihuahua y que incluía una serie de obras para impulsar toda la zona que va desde la capital hasta Ciudad Juárez. Como comprenderás el desarrollo de éste corredor no incluía la región sur del Estado.
Acomodándose en una silla el Licenciado Parga continuó la historia…
- También se presentó una situación terrible para muchos empresarios del sector metal mecánico de la región sur y norte de Durango, que experimentaban la inminente quiebra de sus empresas, porque la productividad minera había dejado de ser negocio, lo mismo que le paso a Pachuca. —dibujando una leve sonrisa agregó— De modo sarcástico, se decía en el medio empresarial, que era mejor cerrar el negocio y dedicarse a vender “tacos” porque en apariencia, resultaba más rentable. Debo comentarte que mi padre dedicó su
Mientras me señalaba con puntitos dispersos en su mapa la región sur de Chihuahua, el lic. Parga, parece revivir aquel momento difícil y agrega:
- Alrededor de 500 empresas del ramo dispersas geográficamente en toda ésta región, estaban condenadas a desaparecer para siempre. El panorama sin lugar a dudas era desolador, porque además de la cuestión productiva, nos enfrentábamos a consecuencias insospechadas en el aspecto social y económico. Habría que hacer “algo” y comenzamos a organizarnos…
Dejando a un lado el mapa, tomó un trago de agua para continuar su charla:
- Tuve el gran privilegio de contar con el respaldo de una buena parte de esos empresarios y me di a la tarea de hacer una planeación estratégica. Como resultado del análisis situacional, se mostró nuestra verdadera amenaza: Los espacios vacíos.
Pensé para mis adentros ¿Los espacios vacíos? El licenciado Parga notó intuitivamente mis cuestionamientos internos y paso a clarificar el concepto:
- Esto de los “Espacios Vacíos” es una teoría que se refiere al concepto de amenaza en el entorno… Causada por la evidente carencia y ausencia de apoyos, programas e infraestructura del Gobierno… sin embargo, con inteligencia y participación puede convertirse en una “oportunidad”. Para ello habría que elaborar un plan estratégico y desde luego mucho trabajo de gestión. ¡Toda ésta región era un espacio vacío!
Acomodándose los lentes por el puente de su armazón prosiguió:
- Retomando lo que ya te había comentado sobre mí deuda con Pachuca… en aquellos tiempos, me enteré que
En la medida que iba escuchando el relato, crecía mi interés por saber más y de algún modo podía inferir que las dos ciudades mineras se unían sin querer por esta interesante historia.
- El siguiente punto, y el más importante del proceso de implementación, era la formación de los recursos humanos necesarios para fortalecer a la región y su industria. Nuestros jóvenes emprendían su viaje de estudios a la capital y luego muchos no regresaban. Habría que tener profesionistas con un profundo sentimiento de arraigo y que fueran capaces de coadyuvar en el reto de fortalecer a nuestras empresas.
Incorporándose para servir más agua a nuestros “vasos vacíos”, continuó:
- Propusimos al Instituto Tecnológico de Parral el proyecto para la creación de una carrera que soportara nuestras necesidades pero después de más de un año, comprendimos que sería prácticamente imposible debido a una serie de trámites internos y que estaban sujetos a la aprobación de
El licenciado hizo una pausa para beber más agua.
- Una vez aprobado el programa por el Consejo Universitario, invité a varios académicos para darnos a la tarea de formar a nuestros muchachos y consideramos conveniente que las clases se impartieran por la tarde, ya que por las mañanas, tenían que realizar forzosamente prácticas en las empresas a partir del segundo semestre. La idea consistía en ir empatando la teoría con
Me encontraba impactado al conocer el programa que sobrepasaba mis expectativas antes de arribar a la pintoresca ciudad de Parral. Aproveche la pausa en el relato, para preguntarle el porque de la denominación de Nueva Vizcaya y me respondió:
- Cuando definimos el plan de desarrollo para contrarrestar la problemática de los “espacios vacíos”, pensamos en primera instancia en llamarle “Proyecto Chihuahua” pero ésta denominación excluía a cientos de empresas ubicadas en el norte de Durango y no nos pareció justo. Recordé la historia de la región y encontré que una denominación más propia consistía en llamarle “Nueva Vizcaya”, en alusión a la división política de la época colonial, que así se llamó a lo que actualmente es territorio de ambos estados. Y fue así que surgió el nombre del proyecto.
Seguida de la ésta respuesta, le pregunté al licenciado Manuel Parga cuales habían sido los logros.
- Bueno, debo decirte que aparte de conservar la productividad y por ende, la conservación de miles de empleos, obtuvimos financiamiento del Banco Mundial por un millón de dólares para construir instalaciones de primer nivel dedicado al Centro. Recursos que se han manejado con toda transparencia. Además de ser distinguidos como un referente para América Latina en desarrollo regional. El proyecto de “Nueva Vizcaya” es un modelo que el Banco Mundial hace mención en los foros internacionales y que fue emprendido por mexicanos.
Haciendo una seña para seguirlo a una estancia contigua, me mostró un modelo a escala, de la maqueta que incluían aulas dinámicas, oficinas, auditorio y áreas específicas para proporcionar servicios tecnológicos:
- Como puedes apreciar, el logro de éste reconocimiento internacional, se debe al esfuerzo y tenacidad de todos los empresarios y de mucha gente de la región que no perdieron la fe en las bondades del modelo y que creyeron en una visión de futuro.
Para concluir la entrevista el Lic. Manuel Parga me comentó con sumo afecto:
- Es un gusto recibir a gente de diferentes partes del mundo. Las puertas del CIDEYT estarán siempre abiertas para todos aquellos que quieran conocer y compartir las experiencias en el proceso de desarrollo económico regional de México, especialmente para mis amigos universitarios.
Con toda cortesía me despedí ese día del Licenciado Parga, no sin antes volver a agradecer la amabilidad con que fui recibido y permitirme conocer éste interesante modelo de vinculación que había traspasado, para fortuna nuestra, las fronteras del país.
El domingo muy temprano preparé el equipaje y entregué las llaves de la habitación del modesto hotel. Un colaborador del licenciado, me condujo en automóvil hasta un conocido hotel para despedirme. La despedida fue breve y cordial debido a que estaba por iniciar uno de esos cursos talleres que ya me había comentado: mesas binarias para empresarios y alumnos.
Recuerdo perfectamente su semblante alegre y optimista... Antes de abandonar el recinto, volví a mirar hacia atrás y puede observar, las muestras de aprecio, respeto y admiración de aquellos estudiantes y empresarios que reconocían en la calidad de su persona, su indiscutible liderazgo.
Ya en camino para abordar el autobús, pasé por
Durante el viaje de regreso puede sentir un gran respeto por dos personajes que aportaron grandemente a nuestro país: Uno era Pancho Villa y el otro el licenciado Manuel Parga Muñoz, dos personas de ésta región que quisieron un México de primer mundo. Y lo digo de ésta manera al concluir mi relato ya que desafortunadamente la tragedia volvió a presentarse el 17 de junio del 2006 para desventura de Parral: en Pueblito de Allende, fue asesinado el licenciado a manos de oscuros delincuentes que entraron a su domicilio para despojarlo de sus bienes.
Su trágica desaparición a consternado invariablemente a todos los sectores y muy especialmente a los empresarios de la región de “Nueva Vizcaya” y la comunidad universitaria de Chihuahua.
A modo de reflexión quedan algunos cuestionamientos en relación a esta entrevista:
- ¿Cuáles fueron los factores clave en el éxito de este modelo de desarrollo regional?
- ¿Cuál es el papel que deben hacer los empresarios y las instituciones de educación superior en otras regiones del país respecto a los “espacios vacíos” y “no vacíos”?
- ¿Por qué es tan difícil realizar los cambios necesarios para adoptar estos modelos que han probado ser exitosos?
- ¿Qué modificaciones se tienen que hacer en los programas de estudios para que la vinculación sea un instrumento de apoyo al desarrollo académico económico y social?
- ¿Qué podemos destacar de la participación del Lic.Manuel Parga, en todo el proceso para consolidar el proyecto de Nueva Vizcaya?
Todos podemos tener alguna respuesta, el reto es ponerse de acuerdo y emprender las acciones que nos permitan aspirar a un escenario de desarrollo regional y nacional.
Sirva este breve relato para honrar la memoria de un ilustre parralense y retomar el legado que nos deja a las Instituciones de Gobierno — del nivel federal, estatal y municipal y de sus respectivos programas de fomento y desarrollo económico—, las Instituciones de Educación Superior y al Sector Empresarial, por su gran visión y ejemplo. El recuerdo de Manuel Parga Muñoz perdurará para siempre, en quienes tuvimos el privilegio de conocerle.
Profesor de
e-mail: le_arriola@yahoo.com.mx
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